Por Andrés Hernández Alende
Los7Días.com
Los Estados Unidos llegan al fin del año con su presidente, Donald Trump, repudiado por la Cámara de Representantes.
La Cámara, de mayoría demócrata, votó a favor de destituir a Trump al declararlo culpable de dos acusaciones: abuso de poder y obstrucción a la labor del Congreso. Las acusaciones se basan fundamentalmente en el intento de Trump de coaccionar al gobierno de Ucrania, instándolo a investigar los negocios presuntamente turbios de Hunter Biden, el hijo del candidato demócrata Joe Biden, en el país europeo. De lo contrario, Trump le retiraría la necesitada ayuda norteamericana a Ucrania. Eso equivale a pedir la injerencia de un país extranjero en las elecciones estadounidenses y, por lo tanto, es peor que el caso Watergate en los años 70 que le costó la presidencia a Richard Nixon.
Ahora el proceso de destitución (conocido en inglés como impeachment) pasa al Senado, que está controlado por los republicanos. Ya el presidente del Senado, Mitch McConnell, ha dicho que el proceso no será aprobado en la Cámara Alta, por lo cual Trump seguirá en el cargo.
La sociedad polarizada
El 49 por ciento de los votantes inscritos está a favor de destituir a Trump, y el 45 por ciento en contra. Entre los demócratas, el 88 por ciento favorece la destitución, y una proporción igual de republicanos se opone. Es decir, la mayoría que quiere sacar a Trump de la Casa Blanca es muy exigua, y las cifras revelan la enorme polarización en la sociedad norteamericana y el increíble apoyo que todavía tiene un político como Trump, que representa los males que socavan a la nación: el racismo, el supremacismo blanco, el nacionalismo extremista, el individualismo, el egoísmo despiadado, el abandono de los sectores pobres, el apuntalamiento del ínfimo sector que controla más de la mitad de la riqueza nacional.
Si no ocurre un milagro y el Senado no aprueba el impeachment, Trump saldrá más envalentonado del proceso, será más agresivo en la imposición de sus políticas racistas, injerencistas y a favor de la clase rica, y utilizará su triunfo como arma electoral en su intento por quedarse cuatro años más en la Casa Blanca.