Por Guillermo Descalzi
Los7Días.com
Estados Unidos HA Cambiado, no hay duda de esto. Cuando fui al College, la universidad, en Buffalo en la década de 1960, había tres latinos en ella, un puertorriqueño, un cubano y yo, tres entre 8 mil, una mínima fracción de 1%. Hoy son más de 1000 allí, la universidad a la que fui, 12.9 % hispana.
Unos sienten que los Estados Unidos ya no son sus Estados Unidos, ven que la sociedad que conocieron se evapora ante sus ojos. Otros, ‘opuestos’, se sienten dañados y culpan al gobierno de Trump. Ansían su ‘normalidad’
Bibliotecas vacías
Cuando fui al College los alumnos más aventajados tenían permiso y llave para entrar a la biblioteca a cualquier hora. Hoy las bibliotecas están casi vacías, víctimas de la computación en una sociedad donde cualquiera tiene acceso al conocimiento que quiera -por computadora- …si sabe lo que quiere.
Se valoraba y premiaba el trabajo manual. Hoy lo hacen los ‘hispanos’ cuando se trata de servicios, y la China si se trata de productos.
Las causas de la ‘Des-americanización’ de los Estados Unidos dependen de lo que se considere “Americano” …¿Volverá la normalidad? ¿Cuál normalidad, dónde está?
La normalidad, para empezar, es multicolor, se ve como se ve… o como le toca a uno ver. No es ‘cosa’ pero es, y es tan cambiante como el instante, hoy así, mañana asá… Querer normalidad es queja y deseo común. ¿Qué normalidad? Allí está el detalle.
Trump ha legitimado temores e impulsos en un sector que señala a los hispanos como ‘Culpables’ de la alteración de nuestra normalidad, y pide “Mano Fuerte” con ellos. Exige impedir la “ilegalización hispana de Estados Unidos”. Otros piensan que el culpable es Trump, y consideran, erróneamente, que muerto el perro se acabó la rabia. Tampoco es así, la cosa es honda, el resentimiento profundo, tanto que muchos temen oponerse a él, al resentimiento de ‘los suyos’.
El momento de hoy
El resentimiento no acabará ni con la salida de los latinos ni con el fin del Trumpismo. Desaparecerá Trump pero no el Trumpismo, que ya existía y solo ha adoptado su nombre. Los latinos también existían aquí, no olvidemos la tercera parte del país quitada a México en la guerra del 48, la de 1848… y la guerra del 98, la de 1898, cuando nos apropiamos de Puerto Rico. La “Des-latinización” es imposible.
Todos debemos estar preparados, de un lado y del otro, para un “long haul”, un Trecho Largo en el que arrastraremos el momento de hoy.
El desastre: Una porción del ‘desastre’ viene de Trump. Su reacomodo de nuestro país está permitiendo la entrada de Rusia al Medio Oriente para establecer bases que nunca tuvo en la región, y eso es un terremoto, un cataclismo en formación.
La entrada turca a Siria, en proceso, está destrozando la poca confianza que nuestros amigos nos tenían. Hemos dejado a la deriva a millones de kurdos, nuestros mejores aliados contra Isis, a los cuales Tayipp Erdogan, el presidente turco, ve como enemigos y se va a ensañar con ellos de manera no vista en Turquía desde la matanza de armenios en los años 1920.
Deuda externa
La deuda externa del país se ha duplicado en los tres primeros años de Trump, duplicado. La suma de nuestra deuda en los gobiernos de Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush 1ero, Clinton, Bush 2do, y Obama, ha sido duplicada por el partido que fue de la ‘responsabilidad fiscal’ y el país no se va a recuperar de esto… no ahora.
Los más ricos, por primera vez en la historia, pagan menos en impuestos que los más pobres, dejándonos -tan solo en lo que va de este gobierno- un déficit de más de tres trillones de dólares, en terminología americana, tres más doce ceros.
Tememos a nuestros resentidos en un lado y el otro, tememos oponernos a ellos, tememos perder ‘su apoyo’, y nos identificamos con ellos, o nos forzamos a hacerlo, da lo mismo. El resentimiento, véasele como se vea, se ha desatado -una vez más- en este país, y hay -a la vez- rechazo e identificación con el ”Angry American”, el americano molesto, una situación que no es sostenible.
