Por Andrés Hernández Alende
Los7Días.com
El cambio climático ya cuesta a los contribuyentes norteamericanos miles de millones al año, según un estudio de la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO).
El periodista Michael Biesecker, especializado en temas ambientales, señala en un artículo de Associated Press de octubre de 2017 que el gobierno federal ha gastado más de $350.000 millones en los últimos diez años en programas de ayuda en casos de desastres naturales y en pérdidas por inundaciones y daños a cultivos. Y esa cifra no incluye el enorme costo de los fuegos forestales y de tres devastadores huracanes este año. Uno de esos huracanes, María, arrasó Puerto Rico, dejando a la mayoría de la población sin electricidad ni agua potable y creando una crisis humanitaria.
El informe de la GAO indica que estos costos crecerán en el futuro cercano, y que para 2050 ascenderán a unos $35.000 millones cada año.
“El costo de los eventos extremos –dice el informe– aumentará cuando lo que se consideran eventos raros se hagan más comunes y más intensos debido al cambio climático”.
Carencia de plan
Según el informe, el gobierno federal no tiene un plan eficaz para afrontar estos costos, ni ha emprendido una planificación estratégica para enfrentar el cambio climático, identificando los riesgos y trazando las respuestas federales apropiadas.
Entretanto, el presidente Donald Trump no cree que haya un cambio climático. Ha retirado a los Estados Unidos del Acuerdo de París para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero. Quiere revocar las iniciativas del presidente Barack Obama para reducir la polución. Y ha nombrado en cargos que tienen que ver con el clima a políticos que cuestionan el consenso científico sobre el cambio climático: Rick Perry como secretario de Energía, Ryan Zinke como secretario del Interior, y Scott Pruitt al frente de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Pruitt tuvo que renunciar recientemente al verse involucrado en casos de corrupción. Todos ellos niegan que la quema de combustibles fósiles como el petróleo es el principal causante del calentamiento global. Todos ellos están a favor de seguir convirtiendo al planeta en una caldera hirviente, mientras los petroleros se forran los bolsillos. Y mientras Trump combatía el cambio climático lanzando rollos de papel toalla a las azoradas víctimas del huracán María en Puerto Rico.