Por Guillermo Descalzi
Los7Días.com
Empezaron los pasitos en el juicio de destitución al presidente, que aquí en spanglish conocemos como “impicheo”. Los demócratas quieren lucha libre y los republicanos un ballet orquestado. Será ballet con lucha.
El Senado, ya constituido en ‘jurado’, necesita ahora determinar si habrá o no testigos. Las revelaciones de Lev Parnas, el ex-soviético nacionalizado americano, son pólvora para quienes insisten que sí, debe haber testigos. Dos congresistas, los jefes de los comités de inteligencia y justicia, Adam Schiff y Jerry Nadler, están entre siete encargados de dirigir la parte acusatoria.
Los espectadores
¿Qué podemos esperar los espectadores? Un montaje absurdo, elefantes en puntita de pie alrededor de burros dando coces.
¿importa? ¿Habrá público para este espectáculo? La gran prensa escrita y televisiva, a excepción de Fox, quisiera que lo haya, y va a darle cobertura total… ¿Cuántos verán esto en un país ya ‘acostumbrado’ a Trump?
Acostumbrados: ¿Se sienten así…? ¿Sera que la oposición ciudadana se ha cansado de más y más y más de lo mismo con Trump? El país parece agotado, cansado de tanto de lo mismo, y como que ya no importa. ¿Es así con ustedes?
McConnell, el líder del Senado, quiere ballet y solo ballet de principio a fin. Los demócratas exigen testigos con testimonios que golpeen a la figura central in-absentia, Donald Trump.
Lo han querido sacar desde antes que fuese nominado candidato a la presidencia. En ese entonces ni los republicanos lo querían… y hoy, cuando controla su mamadera, temen hambre si la quita.
Estamos ante un test, un examen de la integridad del Senado. O se da un juicio justo, llamando testigos, o hace un juicio pro-forma, sin ellos.
No más testigos
McConnell dice que la parte de los testigos ya se cumplió, o debió cumplirse en la Cámara de Representantes, y no debe haber, por eso, más testigos en el Senado.
El problema es que la Casa Blanca boicoteó la presentación de testigos, y se negó a dar documento alguno de los pedidos por los comités de la Cámara.
La Cámara podría haber llevado esto a los tribunales, pero hubiese tomado meses, interfiriendo con las primarias que ya se inician. Mientras tanto, McConnell ya tiene a los suyos dando pasitos en el ring del ‘impicheo’.
