Andrés Hernández Alende
Los7Dias.com
Venecia sufrió este noviembre, hace una semana, la peor inundación desde 1966. El agua en la laguna subió 1,87 metros.
La enorme marea causó un desastre. Las autoridades tuvieron que cerrar al público la emblemática Plaza de San Marcos, convertida en un lago, y la acqua alta invadió la cripta de la Basílica, que se encuentra junto a la plaza. El alcalde, Luigi Brugnaro, dijo que el costo los daños es de mil millones de euros. Y señaló además que el cambio climático es el culpable de la marea inusualmente alta.
El proyecto Mose
Después de la inundación de 1966, el gobierno italiano pidió a los ingenieros que trazaran planes para proteger a Venecia de las mareas. Ahí surgió la idea de crear un sistema de barreras móviles para sellar la laguna. El proyecto, conocido como Mose, las siglas de Modulo Sperimentale Elettromeccanico (Módulo Electromecánico Experimental), consta de 78 barreras colocadas en el fondo del mar, en las entradas a la laguna veneciana desde el mar Adriático. Cuando la marea sube, se inyecta aire a las barreras y estas se elevan y bloquean la entrada de la marea a la laguna. Mosè es el nombre en italiano del líder y profeta bíblico Moisés, cuyo nombre tiene tradicionalmente el significado de “salvado de las aguas”.
Costos y corrupción
La construcción del sistema Mose debía haberse finalizado en 2011, pero se ha retrasado por diversas causas, entre ellas los sobrecostos y la corrupción en el gobierno veneciano anterior. En 2014, decenas de funcionarios y empresarios, entre ellos el entonces alcalde, Giorgio Orsoni, fueron condenados por sobornos y malversación de fondos públicos destinados al sistema Mose.
El proyecto también enfrenta la oposición de los ecologistas, que dicen que las barreras afectarán el ecosistema de la laguna veneciana, y el escepticismo de los que piensan que la obra no funcionará.
Pero las inundaciones de este noviembre han dejado claro que hay que entrar en acción rápidamente para salvar la bellísima ciudad, patrimonio universal de la humanidad. De momento, el gobierno de Italia decretó un estado de emergencia y aprobó una partida inicial de unos 20 millones de euros para ayudar a los damnificados.
Salvar la ciudad
Los ingenieros calculan que el sistema Mose entrará en funcionamiento a fines de 2021, con un costo de unos 6.000 millones de euros, cinco veces el costo proyectado inicialmente. No hay tiempo que perder. Es preciso acelerar los trabajos para salvar la ciudad y sus tesoros artísticos.
Venecia, fundada en el siglo V por gentes que huían de los ataques de los bárbaros, hoy debe salvarse de una nueva invasión: la de las aguas crecidas por el calentamiento global. Y las barreras pueden ser esa salvación. Como dijo el alcalde Brugnaro, “si Mose hubiera estado en funcionamiento, habríamos evitado esta marea alta excepcional”. También se debe regular el turismo excesivo y la llegada de los cruceros a la laguna, que socavan los cimientos de la hermosa y a la vez frágil ciudad. Rescatar a Venecia es una misión urgente. Andiamo!