Por Javier Sierra
Los7Días.com
Es difícil comprender la apabullante falta de valores morales de los arquitectos y ejecutores de la política migratoria de cero tolerancia, la cual ya ha hecho estallar un nuevo escándalo nacional.
El primero de julio un grupo de congresistas visitó centros de detención en Texas de la Patrulla de Aduanas y Fronteras (CBP) tras revelarse las atroces circunstancias en las que se encuentran encerrados niños y mujeres solicitantes de asilo. Sus testimonios hablan de condiciones casi medievales en los centros de detención.
“Los oficiales mantienen a mujeres en celdas sin agua y les dicen que beban del inodoro”, tuiteó la Representante Alexandria Ocasio-Cortez. “Una de las mujeres detenidas describió el tratamiento de los oficiales como ‘guerra psicológica’ ”.
La Representante Madeleine Dean declaró: “Las condiciones son mucho peores de lo que nos hubiéramos imaginado. Mujeres de 50 o 60 años durmiendo en pequeñas celdas de concreto sin agua corriente, semanas sin ducharse, todas separadas de sus familias”.
Días antes, el escándalo estalló tras los testimonios de abogados que visitaron los mismos centros de detención en Texas, incluyendo el de Clint.
“En mis 12 años de hacer este trabajo (…) jamás había visto condiciones tan degradantes e inhumanas como las que vi en Clint. Muchos niños no se han lavado en días tras cruzar la frontera. Hay una peste que emana de ellos”, dijo a Jezebel.com Elora Mukherjee, directora de la Clínica de Derechos de Inmigrantes de la Escuela de Leyes de Columbia University.
Mukherjee también observó que casi todos los niños están enfermos, sucios de sus propios orines y vómitos, que pasan hambre o no reciben suficiente comida.
“Se supone que los niños tienen que estar jugando. Pero no pueden porque tienen que conservar su energía. Es tan, tan descorazonador”, agrega Mukherjee, hablando de un sistema de detención en el que ya han muerto seis niños inmigrantes desde septiembre.
No son solo los niños. Las fotos del interior de los centros de detención prueban que la decencia también está en una jaula.
Un día antes de la visita de las congresistas, ProPublica reveló la existencia de un grupo de Facebook secreto formado por 9.500 agentes de la CBP. Los comentarios sobre la inminente visita incluyen insultos como “p*ta” o “perra”. Otros muestran memes denigrantes de las legisladoras. Otros se burlan de la muerte de uno de los menores detenidos.
Daniel Martínez, un estudioso de la frontera de la Universidad de Arizona, indicó que los comentarios reflejan “lo que parece ser una cultura dominante de crueldad contra los inmigrantes en la CBP”.
Hace un par de semanas, ante tres atónitos magistrados federales, la abogada del Departamento de Justicia Sarah Fabian alegó que jabón y cepillos de dientes no son requisitos de la ley que requiere condiciones “seguras e higiénicas” en los centros de detención.
Por fortuna, el estado de derecho sigue vibrante. Una corte federal bloqueó los intentos de la administración Trump de usar $2.500 millones en fondos militares para construir el muro fronterizo que el Congreso había denegado y lo consideró ilegal.
La decisión surgió como parte de una querella presentada por la Unión de Libertades Civiles (ACLU) en nombre del Sierra Club y la Coalición de Comunidades Fronterizas del Sur en contra del abuso del presidente de sus poderes de emergencia. De inmediato Trump apeló.
En medio de esta atmósfera de inmoralidad e impunidad, todos debemos apoyar un orden fronterizo basado en la decencia y la solidaridad humana, incluyendo lo siguiente:
· Respetar los derechos inalienables de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
· Reconocer la humanidad y dignidad de los inmigrantes.
· Respetar el principio de no discriminación.
· Hacer a las comunidades fronterizas partícipes de la política migratoria.
Algún día, el gobierno se regirá por estos principios. Mientras tanto, guarde los recibos de lo que está presenciando para cuando llegue el momento de liberar a la decencia.