Por Andrés Hernández Alende
Los7Días.com
El espléndido teatro Adrienne Arsht Center, en el downtown de Miami, fue el escenario del primer debate de los candidatos demócratas a la presidencia de los Estados Unidos, la noche del miércoles 26 de junio.
Todos los aspirantes a instalarse en la Casa Blanca señalaron los temas más apremiantes del momento: el cambio climático, la urgencia de un sistema de atención médica al alcance de todos, la necesidad de hacer asequible la educación universitaria, la crisis de inmigración en la frontera sur, causada por las políticas inhumanas del presidente Donald Trump.
Como siempre, la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren se destacó con su mensaje de solidaridad hacia los pobres y los necesitados, y su crítica contra el puñado de magnates que controlan la mayor parte de la riqueza nacional.
En el debate cobró inusitada fuerza la representante por Hawái Tulsi Gabbard, a quien muchos consideraron la ganadora del encuentro.
Gabbard, nacida en Samoa Americana, y residente en Hawái desde los dos años de edad, apoya el Medicare para todos, la educación universitaria gratis para estudiantes de familias que ganen menos de $125.000 al año, el aumento del salario mínimo a $15 la hora, y el uso de la energía limpia y renovable para combatir el cambio climático. Está a favor de los matrimonios homosexuales. Y en el debate expresó claramente un mensaje antibélico. Dijo que había que retirar las tropas norteamericanas de Afganistán inmediatamente. También criticó la intervención en Irak.
Testigo de la guerra
Gabbard sabe lo que dice sobre la guerra. Porque, a diferencia de otros candidatos y del propio presidente de la nación, ella es una veterana. En 2004, se inscribió como voluntaria en la Guardia Nacional y estuvo destacada en Irak, donde sirvió en una unidad médica en el terreno, en zona de combate, en 2004 y 2005. Después sirvió en Kuwait, en 2008 y 2009.
La candidata demócrata ha sido testigo de la guerra, ha participado en ella, y sabe de primera mano el desastre y el trauma que los conflictos bélicos siempre causan.
En el debate, Gabbard –que actualmente es mayor de la Guardia Nacional– afirmó que está lista para ser la Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas desde el primer día en la presidencia. De eso no hay duda. Así que los patrioteros y los guerreros de sofá a quienes les gusta votar por “el tipo duro”, ahí tienen a una “dura” de verdad, a diferencia del presidente que tenemos hoy, un aprendiz de bravucón que eludió el reclutamiento durante la guerra de Vietnam alegando que tenía espolones en los pies. Espolones que no le impidieron disfrutar la vida social de Nueva York, mientras jóvenes norteamericanos morían en una guerra absurda e injustificable al otro lado del mundo.
