Por Andrés Hernández Alende
Los7Días.com
El presidente Donald Trump afirmó el lunes que Andrew Gillum, el alcalde de Tallahassee y candidato demócrata al puesto de gobernador de la Florida, es un ladrón. Lo dijo en su medio de comunicación favorito, la red social Twitter. Y agregó que Gillum dirige una de las ciudades más corruptas del país.
Vea aquí el tuit de Trump: https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1056922209111994373.
El insulto gratuito del presidente equivale a una difamación. La libertad de expresión no conlleva ningún derecho a tratar de enlodar la reputación de una persona. Ese tipo de afirmación exige pruebas, y Trump no las tiene, sencillamente porque Gillum no es un ladrón. Si el presidente se refiere a ciertos gastos de viajes que Gillum no ha aclarado del todo, debe recordar que el adversario de Gillum en la contienda por el cargo de gobernador, el ex congresista republicano Ron DeSantis, también debe dar más detalles de sus gastos de viajes. Trump debería ser más cuidadoso con sus palabras.
Ataques a Gillum
Tampoco se sabe de dónde el mandatario saca que Tallahassee es una de las ciudades más corruptas de la nación. En todo caso, más que en el noroeste del estado, debería fijarse en el Sur de la Florida, donde Miami-Dade ostenta el bochornoso título de capital nacional de diversos tipos de fraude (al Medicare, hipotecario, de seguros). Y donde la compra de propiedades residenciales de lujo al contado –casi siempre por extranjeros– es más elevada incluso que en Manhattan, lo cual ha dado lugar a una investigación del FBI.
Trump no es el único que ha insultado a Gillum. Cuando el alcalde de Tallahassee, que es afroamericano, ganó la primaria demócrata el pasado 28 de agosto, su contrincante republicano, Ron DeSantis, que es de la raza blanca, hizo un comentario racista al decir que lo último que necesitaba la Florida era “monkey this up” adoptando una agenda socialista con enormes aumentos de impuestos y llevando al estado a la bancarrota. “Monkey this up” es una extraña frase que según algunos, quiere decir algo así como “echar a perder las cosas”. Pero el uso de la palabra monkey (mono en inglés) no deja lugar a dudas de la intención racista del candidato republicano.
Muchos republicanos se han apresurado a negar en los foros de Internet que las palabras tuvieran un sentido de racismo. ¿Pero por qué DeSantis no usó una de las tantas expresiones comunes en inglés para referirse a un desastre en las que no aparece la palabra “mono”? La respuesta es obvia: DeSantis estaba enviando un mensaje a los racistas que van a votar por él y que detestarían que un afroamericano sea gobernador de la Florida. En efecto, inmediatamente después de su desafortunado comentario, proliferaron los mensajes racistas en los foros de Internet y hasta se difundió un robocall, una llamada telefónica grabada, en la cual el autor de la llamada, fingiendo ser Gillum, hablaba como una persona con un bajo nivel de educación. Gillum es graduado universitario.
Retroceso social
Los racistas podrán seguir con sus insultos, pero una victoria de Gillum en la contienda por el cargo de gobernador es lo mejor que puede pasarle a la Florida. DeSantis, fiel seguidor del presidente Trump, apoya los beneficios fiscales para los ricos, respalda más opciones en la educación (léase regalar fondos del estado a las escuelas privadas y chárter a costa de las escuelas públicas) y se opone a un control más estricto de las armas de fuego. DeSantis está a favor de permitir armas en las universidades, de que los maestros vayan armados a las escuelas y de que los floridanos puedan exhibir sus armas en lugares públicos, aun sin tener una licencia para portar armas. Gillum quiere atención médica para todos los floridanos, elevar los impuestos a las empresas para dar más fondos a la educación pública, subir el salario inicial de los maestros a $50.000 y aumentar el salario mínimo a $15 la hora, en un estado donde, según indicó, casi la mitad de las familias tienen problemas para llegar a fin de mes. El candidato demócrata aboga por un mayor control de las armas, incluida una prohibición de la venta al público de fusiles de guerra, los mismos que se han usado en matanzas que han estremecido a la nación.
Si DeSantis saliera electo, el estado retrocedería a la Edad de Piedra en el terreno de las conquistas sociales, los derechos de los trabajadores y la seguridad ciudadana. Una victoria de Gillum mejoraría las condiciones de trabajo para los empleados, fortalecería la educación pública y controlaría la malsana proliferación de las armas. En el sufragio del próximo 6 de noviembre, la elección debe ser obvia.