Por Guillermo Descalzi
Los7Días.com
Parafraseando a Shakespeare, votar o no votar, ese es el problema. La respuesta es, obviamente, votar, y hay quienes buscan nuestro voto como tabla de salvación.
¿Salvación Hispana? Hay veces que funciona, hay veces que no.
Mi primera entrevista presidencial fue con Jimmy Carter para las elecciones de 1980. Carter estaba perdiendo en las encuestas, Reagan iba muy por delante de él. Carter buscó su salvación en el voto de la minoría hispana y me dio una entrevista de media hora –era algo inédito que un presidente estadounidense le diera una entrevista a un hispano–. Yo trabajaba en la predecesora de Univisión, S I N, sin, la cadena del pecado por su pronunciación en inglés. Éramos una especie de pecado, querían nuestro voto, pero no nuestra presencia.
También Reagan
Reagan, ni tonto ni perezoso, vio la entrevista con Carter y me dio otra que fuera de costa a costa en español para los hispanos.
No sé cómo fue el voto hispano de ese año, las encuestas no se ocupaban en esa época, los 70s, de ‘medir’ nuestro voto. La cosa ha cambiado, ahora somos un bloque “crítico”, crucial.
Hay 56.5 millones de hispanos en Estados Unidos según el censo, lo cual representa el 17.6% de la población. En el 80 éramos 6.5 por ciento, unos 14 millones. Nos hemos triplicado.
Vean la importancia de ser hispanos: la población total de Estados Unidos es 328 millones. En 1980 era 227 millones. Si hubiese crecido ‘a ritmo hispano’ hoy seríamos 681 millones. ¡Imagínense!
Presencia hispana
Allí, en esas cifras, está el bien y el mal de la presencia hispana en el país. El bien: nuestro voto importa, y muchísimo. Hoy somos determinantes en una elección. no lo desperdiciemos. El mal: el conservadurismo anglosajón nos ve como una amenaza… a nosotros y los negros.
El 12.3% de la población americana es de raza negra. 17.6% es hispana. Sumen: 29.9%, 30% para redondear… A ritmo de triplicación, y a este ritmo el anglosajón será minoría en el 2050.
El país, lo vuelvo a repetir, será Anglo/Hispano en un futuro nada lejano –antes de que acabe el siglo–, y allí está la razón del ‘temor’ a nosotros. ¿Siente usted ese temor en algún aspecto de su vida?
¿Qué hacer? Votar, ejercer su derecho al voto. Es fácil decir que “mi voto no cambará nada, es una gota en el océano”… Pero sí significa algo, especialmente a nivel de distrito congresional como son estas elecciones. A veces se ganan o pierden con menos de 20 votos de diferencia, y ya ven: todo voto, especialmente el suyo, cuenta.